martes, 14 de junio de 2011

UN MES DE MIRONES

Fue una esperanza que iluminó a muchos. Hablaban de cambio, culpaban de la crisis a los que manejaban el dinero, del desencanto a los amos de los partidos y pedían futuro para todos.
Algunos tiramos de recuerdos y referencias: mayo del 68, final del franquismo... revoluciones que nunca hicimos porque había que ser posibilista, porque veniamos de la noche cerrada y se había cambiado mucho en poco tiempo.
Ellos se quedaron en Sol; nosotros esperamos a ver quien ganaba en nuestro pueblo y en los demás, mientras vigilabamos esa especie en peligro y escasa de protección que es nuestro trabajo.
El lunes, con la resaca electoral, alegres unos, fustrados otros, les miramos y allí seguían, simplemente indignados. Unos, les echamos buena parte del peso de nuestra fustración; otros, contentos y aliviados, hablaron de perroflautas que escondían bajo las lonas su permanente ni,ni; por fín, algunos se acrcaron a la plaza y comprobaron que seguía la esperanza, que todo se hacía en paz, que a todos se escuchaba y que nadie dirigía a nadie.
Tras visitar ver y comprobar, de vuelta a casa, al trabajo, a la rutina. Incluso les defendimos entre café y café, cuando algunos desde sus púlpitos clamaron por las perdidas de los pobres comerciantes de la zona, tan en precario que hablaban de treinta millones de euros perdidos. Eso sí, había que reconocer que no estaban siendo capaces de ordenar sus propuestas, que carecían de una estructura sólida, que eran más buenistas que eficaces....
Ahora, se han ido. Dicen que a los barrios, que hay que extender la lucha y la denuncia. Pero yo soy escéptico; los pobres no saben que sin punto de cita permanente los periodistas de hoy se encontraran otras historias más fáciles y cercanas; pronto no habrá televisiones, ni periódicos y, sin altavoz mediatico, tampoco curiosidad ni adhesión.
una pena. Habra que volver a la rutina diaría, a soñar que los bancos nos ayudaran a comprar el piso, los políticos abriran sus listas y, con el turismo habrá más trabajo.
!Que lastima¡ Otra vez a esperar que alguien haga esa revolución que nosotros tenemos tan clara hace tanto tiempo.      

1 comentario:

  1. Triste y clara realidad.

    Me quedo con "Unos, les echamos buena parte del peso de nuestra fustración; otros, contentos y aliviados, hablaron de perroflautas que escondían bajo las lonas su permanente ni,ni; por fín, algunos se acrcaron a la plaza y comprobaron que seguía la esperanza, que todo se hacía en paz, que a todos se escuchaba y que nadie dirigía a nadie." ...

    Pero todos mirábamos, nada mas.

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