GOBERNAR LA MONEDA

La cúpula de los bancos centrales de todo del mundo, reunida este fin de semana, ha lanzado un nítido mensaje: "HAY QUE SUBIR LOS TIPOS DE INTERÉS DE UNA FORMA DRÁSTICA Y CONTINUADA; ES IMPRESCINDIBLE CONTROLAR UNA FUTURA SUBIDA DE LA INFLACIÓN". Fin de la cita.
Natural. Ellos cumplen con su obligación de vigilar la política monetaría, marcada por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo. Y lo hacen a conciencia. Que no llegue el crédito a empresas y particulares, no es su problema; que descienda la actividad económica, no es su culpa; que aumente, aún más, el paro, no es su responsabilidad.
¡Y tienen razón¡ Lo suyo es ofrecer virgenes de moderación y estabilidad monetaria a las fauces crueles del mostruo mercado. Que llegue el matón del pueblo y decida convertir el mercado en un casino sin reglas y desplumar a un incauto país que había osado elevar su deficit, es responsabilidad de su manirroto Gobierno, que dilapida su hacienda subsidiando parados, o sustituyendo a la actividad privada para crear unos escasos, temporales y precarios puestos de trabajo.
Asustados ante la tempestad, nos agarramos con firmeza al Pacto del Euro. Lo demás no importa; si alguien duda, ahí está Grecia, abocada a ajustes drásticos para obtener prestamos que, sin actividad económica, nunca podrá pagar. Un par de paquetes de ayudas despues, los helenos, absolutamente asfixiados, serán explulsados del euro y se instalaran, como hace cien años en el grupo de paises en desarrollo.
Mientras, en los Estados Unidos de América el deficit alcanza casi el 11 por ciento de su Producto Interior Bruto, el más alto entre las economías desarrolladas, según el último informe del Fondo Monetario Internacional. Pero al Presidente Obama no le atenzaron las críticas y dedicó en los últimos doce meses ingentes cantidades de dinero a  su paquete de medidas estimuladoras y a mantener beneficios fiscales. Logró, así, que la actividad económica prosiguiera, que el paro no se desbocara, y ahorrar subsidios a fondo perdido. El deficit sigue ahí, pero su Administración no pretende eliminar el desfase en dos años, sino diluir la guerra en batallas menos cruentas.
Obama lo puede hacer. Su Gobierno escucha, atiende incluso, a la Reserva Federal y sus apremios monetaristas, pero los supedita y los enmarca junto al resto de realidades económicas del país. En una palabra: GOBIERNA.
España, Europa, NO. El Viejo Continente, carente de una Gobernanza Económica, que embride a Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional, tapa huecos a la espera de una nueva bajada de calificación de las nuevas tres furias, ahora denominadas agencias de calificación. Ellas, gobernadas por nadie sabe quién, difunden sus valoraciones para desgracia de paises y empresas. Como en un clásico policiaco , solo cabe preguntarse ¿a quién beneficia el crimen?