Recuerdo en mi niñez aquellos televisores Phillips o Telefunken que con frecuencia perdian la señal y nos ofrecian franjas grises que bajaban a gran velocidad por la pantalla. Entonces el hombre de la casa toqueteaba el par de botones que tenía el aparato, le propinaba un golpe seco con la palma de la mano y concluía con la frase de rigor: "es de ellos". Todos comprendiamos que la interferencia estaba lejos de nuestro alcance, que la solución residia "en ellos" y, por tanto, era inutil intentar una reparación casera.
Pienso que el señor Rosell, flamante presidente de la patronal española, debía sufrir cuando niño averías y soluciones similares a las de mis recuerdos.... y se aplica en idéntico remedio. Estos días llama a filas para "combatir a funcionarios prepotentes e incumplidores"; clama contra "los que se apuntan al paro porque sí" y avisa al estudiante que fracasa que "no se lo vamos a pagar siempre". Pues vale.
O no.
O no, porque solo horas despues la Agencia Tributaria afirma, números en mano, que autónomos y pymes obtuvieron en 2009 un rendimiento neto de once mil euros, frente a los casi veinte mil que declaramos de media los asalariados y pensionistas. Si miramos a las grandes empresas resulta que los bancos ganaron más de quince mil millones en 2010..... y redujeron sus plantillas en dos mil empleados que, claro, se "apuntaron al paro porque sí". Telefónica va a reducir más de seis mil personas de su plantilla que, dice, va a pagar de su bolsillo. Imaginemos como estará de abultado ese bolsillo.
Quizás, solo quizás, el señor Rosell podría ilustrarnos de cuantos ex-empleados de su antecesor en la CEOE, el otrora gran empresario Díaz Ferrán, se han sumado entusiasmados al paro.
Dejese usted de cuentos, señor Rosell. Ustedes no quieren confianza, marco estable, ni gaitas. Ustedes, señor Rosell, quieren, lisa y llanamente, ganar más y exponer menos. Ustedes, señor Rosell, quieren volver a los años dulces de la burbuja inmobiliaria, del trabajo negro de inmigrantes sin derechos, del apartar beneficios por si vienen mal dadas.
Hay que decirlo con claridad: los señores rosell, de aquí a Wall Street, no son emprendedores, no crean trabajo ni riqueza. Ellos, cuando se dejan de disimulos, solo quieren ser los protagonistas de auqel primer Woody Allen. Si el de "Toma el dinero y corre"